Recuerdos de la conquista de México

Encontramos en una maqueta de un navío del siglo XV el diario de a bordo de un joven marinero que trata de su viaje a América Latina.

Nació en España. Era huérfano, no tenía dinero, entonces robaba para sobrevivir pues andaba buscado por la policía. Vivía en la calle. En esa época era la miseria en España.

“Lunes, dieciocho de noviembre de mil quinientos dieciocho: embarqué en España en un navío de comida,  fue la ocasión de salir para descubrir el nuevo mundo, ir a América Latina y Central. Es un país de oro.

Martes, diecinueve de noviembre de mil quinientos dieciocho: en el barco hay condenados a muerte y prisioneros. El camino es muy largo.

Desde mil quinientos dieciocho a mil quinientos diecinueve: atravesamos el Océano Atlántico.

Viernes, catorce de febrero de mil quinientos diecinueve: pasamos todo el día bajo la lluvia. Nos falta comida entonces pescamos y los marineros beben vino. Algunos mueren del tifus. Los marineros se amotinan. Las condiciones de vida y de trabajo son deplorables. El navío es sucio, hay ratas. El trabajo es muy duro.

Lunes, diecisiete de febrero de mil quinientos diecinueve: hace frío y llegamos a la isla de Cuba. Bajamos del navío para explorar esta isla. Me quedé varios meses en la isla y un día fue contratado como marinero en el navío de Hernán Cortés (quien vivirá entre 1485 y 1547, era un militar y conquistador español). 

Martes, dieciocho de febrero de mil quinientos diecinueve: somos 11 navíos, 110 marineros, 570 soldados y 250 indígenas. Salimos del puerto de Cuba. Después una semana de viaje, llegamos a México. Descubrimos el país. Estuvimos acogidos como dioses. Los habitantes de México son indios y van desnudos. Ofrecen los frutos tradicionales. Nos invitan en las chozas para comer y beber la bebida nacional. Ellos nos dan oro y perlas y diamantes. Una tarde, Cortés y nosotros dimos con el tesoro de los indios en la cuidad de México. Nosotros robamos en los templos. Los indios nos atacaron porque les robamos. Los matamos con fusiles una parte de ellos mientras nos atacaban con lanzas. Hicimos prisioneros y se hicieron esclavos.”

Después otros esclavos, negros, de África, fueron deportados a América latina para trabajar.